Historia

En el año 1943, Algeciras, como toda España, vivía aquellos momentos difíciles de la postguerra. Las dificultades para la obtención de alimentos y las heridas, aún abiertas, de aquella contienda que enfrentó a la nación durante casi tres años, eran patentes todavía. Por otro lado, las ruinas de los edificios ribereños del mar denunciaban aún el bombardeo que sufrió la ciudad siete años antes… Eran tiempos brumosos, pero los algecireños tenían ya una larga experiencia en sobreponerse a las calamidades.Pues bien, los algecireños de 1943 (los de nacimiento y los de corazón) supieron una vez más superar las adversidades del momento y orientar sus intenciones hacia un objetivo grato, amable, que proporcionara horas de recreo y entretenimiento a quienes se unieran a la iniciativa.

Nació así el proyecto de crear en Algeciras un Club Náutico. Era natural, quizá necesario, que una población surgida a la orilla del mar, con nombre tan marinero como “Al-Yacirat Al-Jadra” (Isla Verde), ribereña de una de las bahías más bellas del mundo y con un pasado en el que sus penas y alegrías vinieron siempre del mar, tuviera un establecimiento de este tipo. Por otro lado, un repaso a las actividades deportivas de los tiempos pasados, nos trae ya la información de las competiciones deportivas que tenían como escenario el mar y que aquí se celebraban frecuentemente.

Precisamente en el año 1942, un incendio había destruido el viejo edificio de madera, el “Kursaal”, establecido a los pies del Hotel Cristina, adentrándose como un palafito en las aguas tranquilas de laplaya del “Chorruelo”. Este palacete, cuyo último destino fue el de Instituto Nacional de Enseñanza Media , ostentó también, cuando fue creado con una finalidad muy distinta de la docente, la denominación de Club Náutico, y allí se organizaban alguna de las modestas competiciones que eran posibles a inicios de siglo.

En tiempos aún más antiguos, anteriores a la construcción del “Kursaal”, se habían organizado aquí algunas regatas con motivo de la Feria de Junio.Tal era el panorama marítimo de Algeciras cuando un grupo de amigos, encabezados por el Comandante Militar de Marina de entonces, Francisco Marina Aguirre, concibieron la idea de crear el “Real Club Náutico de Algeciras”.

Antigua sede del RCNA aún sin dique para barcos.

Vista de Algeciras desde la planta alta del Club

Era un primer intento de volver la cara a la bahía, de este pueblo que por razones aún no demostradas, pero presentidas como románticas, se edificó de espaldas al mar cuando su resurgimiento en el siglo XVIII, al pasar a manos inglesas la Roca gibraltareña aún ausente en el mapa espiritual de España. Aquel grupo inicial que daría los primeros pasos en la creación del Club, estaba formado por un reducido número de personas muy representativas de la vida social algecireña en aquellos años. A la cabeza de todos estaba Francisco Marina Aguirre, Comandante Militar de Marina entonces y primer presidente del Club,  a quien seguía Francisco Martínez, ingeniero del Puerto; José Gázquez, Alcalde de la ciudad; Eladio Amigó, Delegado de la Tabacalera; Enrique del Castillo, alto Jefe del Ejército; Manuel Benítez Oncala, destacado industrial; el Marqués de Bonanaro, Jefe del estado Mayor; Eugenio Lallemand, marino; Pascual Cervera, también marino; la Marquesa de Povar, Víctor María de Sola y Miguel González, importante hombre de empresa.

En los listados existentes de antiguas relaciones de socios, aparecen, junto a los anteriores, otras numerosas personalidades de la vida local. Pero, claro, el entusiasmo no era suficiente. Aquel proyecto que pretendía dotar a la ciudad de un nuevo punto de reunión y esparcimiento, bajo la orientación fundamental de promover los deportes náuticos, necesitaba, lógicamente, materializarse en un local social que, además, estuviese inmediato al mar, escenario obligado de sus futuras actividades. Para ello se elige un sitio, próximo al arranque del puente de la “Isla Verde”, colindante, por tanto, con la playa del “Chorruelo” en terrenos propiedad de la Junta de Obras del Puerto.

Los organizadores se dirigen a esta Entidad solicitando los correspondientes permisos y, al fin, llega la autorización, fechada el 5 de Julio de 1945, en un documento que transcribe otro del Director General de Puertos y Señales Marítimas, donde se concede el permiso para realizar las obras en determinadas condiciones, que tienden, como es natural, a garantizar la propiedad del terreno por parte del Puerto y a imponer determinadas limitaciones que impidan el uso del edificio proyectado para otros fines distintos de aquellos para los que se solicita. Se fija, además, un canon que podemos considerar simbólico, en quinientas cincuenta pesetas anuales y se hacen las numerosas recomendaciones y advertencias que la burocracia prescribe para estas cuestiones.

Y, por fin, el club empieza a funcionar bajo la batuta de su primera junta Directiva que estaba compuesta por:

Presidente
Francisco Marina Aguirre
Secretario
Enrique del Castillo
Tesorero
Pascual Cervera Jácome

Vocales
Manuel Benítez Oncala
Miguel González Gómez
Marquesa de Povar
Marqués de Vallecerrato

José Gázquez Morales
Víctor María de Sola
Rafael Prieto
Francisco Matínez Tourné
Eugenio Lallemand
Marqués de Bonanaro

A la vista de documentos de la época se llega a la conclusión de que se habían obtenido determinados préstamos reintegrables que, en 1945, aún quedaban por cancelar y que arrojaban una cifra de 125.000 pesetas, cantidad verdaderamente importante para aquella época. Se menciona también en los documentos la necesidad de construir un almacén para encerrar los balandros, de adquirir mobiliario de invierno y de aumentar en 5 pesetas la cuota mensual con carácter voluntario, para tales fines, durante un periodo de dos años. Si se conseguía construir el almacén, los dueños de los balandros abonarían 25 pesetas mensuales por su custodia. Sabemos que el número de socios en aquellos momentos era de 156, distribuidos de la siguiente forma:

 

Socios
fundadores: 15
Socios de número: 96
Socios eventuales: 15
Socios transeúntes: 15
Socios aspirantes: 7
Srtas. Familiares de socios: 8

 

El recibo mensual que se abonaba entonces, por un socio con señora, era de 20 pesetas, y la cuota de entrada estaba fijada en 200, cantidades ambas, bastante elevadas atendiendo a la época y a las difícile circunstancias económicas del momento.

La primera presidencia tomó posesión el 1 de Agosto de 1943 y entre los primeros signos de la existencia del Club, destaca su escudo, en el que se advierten ya los colores amarillo y azul, que son los de la ciudad, pero que entonces eran casi desconocidos, pues se tenían como colores locales el rojo y el blanco, de procedencia gibraltareña y, posiblemente instituidos como consecuencia de alguna relación con el vestuario del equipo de fútbol. Los fundadores del Club, sin embargo, vinculados por tantos lazos a la Marina, conocían ya la Real Orden de 30 de Julio de 1845 que establecía como bandera mercante de Algeciras la formada por dos franjas, una amarilla y otra azul.

 

Y el Club comenzó su singladura organizando, como era natural, actividades y competiciones náuticas,además  de las fiestas y bailes propios de una sociedad recreativa de aquellos tiempos.

 

Entre los nombres que encontramos en la lista de socios, se hallaban todas, o casi todas, las personas que ocupaban cargos importantes: autoridades, profesionales destacados, Jefes y Oficiales del Ejército, comerciantes, hombres de negocios y hasta numerosos títulos nobiliarios.

 

En 1950, el Real Club Náutico de Algeciras, organizó el IX Campeonato Nacional de la clase Snipe, “Copa Iberia”, y se llevó a cabo durante los días 23, 24 y 25 de Julio de aquel año. Fue Presidente de Honor del Jurado, el Jefe del Estado Español, General Franco, y ejercieron como vocales el Ministro de Marina, el Capitán General del Departamento Marítimo de Cádiz, el Delegado nacional de Deportes y todas las Autoridades provinciales y locales. En el Jurado de Regatas, presidido por el Comandante Militar de Marina, figuran como vocales, secretarios y medidores, las personas más vinculadas, por razón de sus cargos, a estos deportes.

Momentos previos a la salida de una regata celebrada cerca del Rinconcillo. Al fondo, los terrenos conocidos como «El polvorín» donde pueden reconocerse el cementerio y la ermita de los Cervera. Otra celebración que podemos comentar como muestra de las muchas que se han festejado en el Club, fue la regata del día 15 de Agosto de 1957, organizada con motivo de la festividad de la Virgen de la Palma, Patrona de nuestra ciudad. Participaron en ella embarcaciones procedentes de los clubes de Cádiz, Málaga, Tanger y Algeciras, y entre las tripulaciones, nombres de jóvenes de entonces, de entre los cuales extraemos el de Fidel Tapia Serrano, modelo de caballerosidad y simpatía, que más tarde ostentaría la presidencia del Club, y que un desgraciado accidente nos arrebató en plena juventud.

Por los años 1968 a 1978 y 1979, se celebró, organizado por Joaquín Cervera Abreu, el “Memorial Crucero Baleares” que tuvo carácter internacional, y cuya copa se concedía a quien ganara durante tres años consecutivos o cinco alternos. El triunfador fue Félix Gancedo del Real Club Mediterráneo de Málaga. Bajo la denominación de “Regatas Virgen de la Palma” y “Regatas Virgen del Carmen”, el Club, aún antes del “Memorial Crucero Baleares”, ya venía celebrando de esta forma las fiestas patronales de nuestra ciudad, y con ello contribuía al esplendor de estos festejos en los que las actividades náuticas tenían, además,un cierto sentido simbólico, dado que la leyenda de la imagen de nuestra Patrona, la presenta como venida milagrosamente por el mar.